Ayer jueves, durante la Concentración contra el Cierre de la Residencia de Montequinto en el Parlamente, tuvimos el placer de conocer a Juan Manuel Martín, vecino de nuestro barrio. Y pudimos conocer su trágica historia, la de su madre. Una historia que se remonta a nueve años atrás, en 2005, y que simboliza de forma trágica lo que está ocurriendo en torno a la Ley de la Dependencia no solo en nuestro país, sino en nuestra misma comunidad.
«Llevo 8 años y 302 días luchando por una plaza pública para mi madre«, nos cuenta. Colgado al pecho lleva un cartel en el que reza lo siguiente: «81% de minusvalía y una condena por nuestras Consejerías de Igualdad y Bienestar Social. 8 años y 302 días. ¿Hasta cuándo?» Juan Manuel lleva cinco años y medio desempleado y casi nueve años en esa infausta espera para su madre, diagnosticada como «Dependiente Severa», en Grado 2 y Nivel 2. Durante todos estos años ha estado intentando conseguir una plaza pública cerca de casa para ella. A su lado, en la mano izquierda, lleva una ancha carpeta en la que acumula decenas de papeles de la Junta y de la Consejería de Bienestar Social. Sin embargo,a día de hoy, nueve años después tan solo ha conseguido que lo nombren «Cuidador», sin ni siquiera obtener una subvención por ello.
La única opción que le han dado es la de ingresarla en una Residencia en Huércal-Overa, Almería. A 46o kilómetros de Sevilla. Es decir, 920 kilómetros entre ida y vuelta para visitarla. Y no queda ahí la cosa. Rechazar la plaza, como hizo por sentido común, le supuso perder la preferencia y pasar a la última plaza en la lista de espera de Grandes Dependientes en Andalucía. Y, por supuesto, la opción de ingresarla en la Residencia Asistida de Montequinto, a menos de un kilómetro de su casa y con más de 100 plazas libres, jamás existió. Montequinto no aparecía ni en la lista de residencias disponibles.
«Lo califico ya como una condena, lo que yo estoy sufriendo. Mi mujer, mi hijo, pero sobre todo mi madre, que es una persona con 81% de minusvalía y que no está siendo tratada como debería de serlo. Tras 45 años de mi padre como funcionario del Estado, ella no tiene ni siquiera una plaza en una Residencia como se merece«.
Mientras tanto, en la Residencia Asistida de Montequinto, más de 100 camas y plazas públicas permanecen vacías y varias alas del edificio permanecen cerradas. Y dentro de muy poco, a finales de marzo, va a ser cerrada definitivamente, por mucho que la administración quiera encubrirlo en forma de «traslado provisional».
Pero el de Juan Manuel, su madre y su familia, solo es uno de los casos, y hemos tenido la suerte de ser testigos y conocerlo. Pero ¿cuántos mayores o Grandes Dependientes habrán sido ignorados? ¿A cuántas personas se les habrá negado una plaza pública no solo en Sevilla sino en toda Andalucía? ¿Cuántos miles de casos invisibles han padecido y padecen la injusticia social de una Ley de Dependencia abandonada y pisoteada cuando cada vez hay más personas que necesitan de ella?
Desde Vivir en Montequinto queremos solidarizarnos con Juan Manuel, su madre y su familia. Porque las tragedias de nuestras vecinas y vecinos son las nuestras, y solo conociéndolas, apoyándolas, seremos capaces de que, en un futuro, no vuelvan a ocurrir y de que por fin se les encuentre una solución. Y esta pasa por defender los servicios públicos como la Residencia de Montequinto. Esa misma que para la madre de Juan Manuel, lo mismo que para cientos de Grandes Dependientes, no estaba en las listas. Por esas cientos de personas que hoy, invisibles, cuidan de sus mayores sin subvención alguna, habiendo más de 100 plazas vacías en una Residencia Pública.
Yo tengo una tía viuda y con alzheimer que vivía con una hermana de ella, tiene concedido entrar en una residencia pero la Junta no le adjudica ninguna, y al ser operada mi tía con la que vivía tuvo que pedir ayuda a sus hermanos y meterla en una residencia de pago en Sevilla, Lo que no saben hasta cuando podrán pagarla y entonces si siguen sin tener alguna de la Junta que harán.
Esto que están haciendo con los mayores y familiares que los tienen a su cuidado no debería estar permitido y deberían dar una solución lo antes posible.
Antes de quitar este derecho que tenemos, deberían quitarse ellos de todos los privilegios que tienen.
Muchas gracias a todos. Empece esta cruzada hace casi 9 años estaba solo. Cuando decidí que mi madre no era un caso más, si no, que tenia nombre y apellidos. Escribí un articulo en mi blog personal, del cual obtuve una gran respuesta y numerosas visitas. Son muchas las muestras de apoyo que he recibido desde aquel día. Ayer ese apoyo fue más cercano, ese calor humano, que te dan las personas que sin conocer de antes mi caso, te dan su solidaridad y cariño como nunca había encontrado. Ahora quiero dar yo las gracias a todos los que se manifestaban con el lema #MontequintoNoseCierra a las puertas del ese Parlamento de Andalucía, donde toman las decisiones mas ilógicas que podamos imaginar. Al llegar vi que había una acampada. Están pasando noches de frío solo comparable al frío trato recibido por nuestras consejerías y administraciones, cuando vas a solicitar una plaza para un familiar y años de espera. ¿Por qué cerrar una residencia para asistidos cuando hay listas de espera ? ¿ quien sale ganando ? ¿ que consiguen con cerrarla ? las dos primeras preguntas creo que todos tenemos alguna respuesta, pero a la tercera me atrevo a decir que solo dejaría al barrio y al pueblo de Dos Hermanas con más de 140 personas mayores y dependientes en una situación bastante cruel , y la perdida de unos puestos de trabajos, personas cualificadas para el cuidado de nuestros seres queridos, ese cuidado por el que sigo luchando a día de hoy.