Papá Noel, Santa Claus, San Nicolás, son algunos nombres con los cuales se conoce universalmente al personaje legendario que, según la cultura occidental, trae regalos a los niños por Navidad durante la noche del 24 al 25 de diciembre.
La historia del origen es mítica y tiene relación con la figura inspirada en el obispo cristiano Nicolás de Myra, quien vivió en el siglo IV en Anatolia, Turquía, y que a la fecha posee más de dos mil templos en tributo a él por el mundo y del que aún hoy se conservan sus reliquias en la basílica de San Nicolás, en Bari, Italia.
En Oriente se le conoce como San Nicolás de Mira o Myra, pero en Occidente como San Nicolás de Bari, ya que, cuando los musulmanes invadieron el territorio antes griego y que hoy es Turquía, los cristianos lograron sacar en secreto sus reliquias (1087) y las llevaron a la ciudad de Bari en Italia. En esta ciudad se obtuvieron tantos milagros al rezarle al santo que su popularidad se extendió rápidamente por toda Europa. Hay cientos de templos en todo el mundo dedicados a su figura. Ya en el año 550, se erigió uno en su honor en Roma.
San Nicolas de Bari era hijo de una familia acomodada y creció bajo los tirantes deseos de sus padres. Su padre deseaba que siguiera sus pasos comerciales en el Mar Adriático, mientras que su madre pretendía que fuera sacerdote como su tío, el obispo de Mira.
Su mítica fama de repartidor de obsequios se basa en otra historia, que cuenta que un empobrecido hombre padre de tres hijas no podía casarlas por no tener la dote necesaria. Al carecer las muchachas de la dote, parecían condenadas a ser «solteronas». Enterado de esto, Nicolás le entregó, al obtener la edad de casarse, una bolsa llena de monedas de oro a cada una de ellas. Se cuenta que todo esto fue hecho en secreto por el sacerdote, quien entraba por una ventana y ponía la bolsa de oro dentro de los calcetines de las niñas, que colgaban sobre la chimenea para secarlos.
Tal fue la admiración que sintieron por él que se convirtió en santo patrón de Grecia, Turquía, Rusia y Lorena(Francia).
En los países europeos este personaje recibe el nombre de Papá Navidad, traducido a su lengua (Father Christmas, Père Noël o Babbo Natale), excepto en España y otros países de habla hispana, en los cuales se ha castellanizado la palabra francesa Noël como Noel.
En otra época posterior, cuando el mito de San Nicolás aún no se había corporizado, igualmente existían otras tradiciones, como la de los niños italianos que recibían regalos de un «hada» llamada Befana. En Cataluña y algunas zonas de Aragón es un tronco «mágico», llamado Tió o Tió de Nadal, mientras que en los pueblos de algunos valles vascos y navarros, los regalos los traía el carbonero Olentzero, y en los valles de Vizcaya y alrededores también iratxoak (duendecillos) con gorros verdes de armiño. En ciertas zonas del centro de Galicia se oye la leyenda del Apalpador, que llegaba el día de Navidad a palpar las barrigas de los niños, dejando castañas a los niños más delgados (para que engordaran) y carbón a los mejor alimentados (para que calentaran la casa). Con el tiempo y con los prodigios conocidos de San Nicolás, éste fue reemplazando a algunos de estos personajes paganos.
En cuanto a su aspecto actual, se cree que sucedió alrededor del año 1624. Cuando los inmigrantes holandeses fundaron la ciudad de Nueva Ámsterdam, más tarde llamada Nueva York, obviamente llevaron con ellos sus costumbres y mitos, entre ellos el de Sinterklaas, su patrono, cuya festividad se celebra en Holanda entre el 5 y el 6 de diciembre.
En 1809 el escritor Washington Irving escribió una sátira, Historia de Nueva York, en la que deformó al santo holandés, Sinterklaas, en la burda pronunciación angloparlante Santa Claus. Más tarde el poeta Clement Clarke Moore publicó en 1823 un poema donde dio cuerpo al actual mito de Santa Claus, basándose en el personaje de Irving. En ese poema se hace mención de una versión de Santa Claus, enano y delgado, como un duende; pero que regala juguetes a los niños en víspera de Navidad y que se transporta en un trineo tirado por nueve renos, incluyendo a Rudolph (Rodolfo).
Posteriormente, hacia 1863, adquirió la actual fisonomía de gordo barbudo bonachón con la que más se le conoce. Esto fue gracias al dibujante alemán Thomas Nast, quien diseñó este personaje para sus tiras navideñas en Harper’s Weekly. Allí adquirió su vestimenta y se cree que su creador se basó en las vestimentas de los obispos de viejas épocas para crear este «San Nicolás», que en ese momento ya nada tenía que ver con San Nicolás de Mira.
A comienzos del siglo XX en 1902, en el libro infantil The Life and Adventures of Santa Claus de L. Frank Baum se origina la historia de cómo Claus se ganó la inmortalidad, al igual que su título de santo.
En el siglo XX, la empresa Coca-Cola encargó al pintor Habdon Sundblom que remodelara la figura de Santa Claus para hacerlo más humano y creíble
Igualmente, ya en el siglo XX, la empresa Coca-Cola encargó al pintor Habdon Sundblom que remodelara la figura de Santa Claus para hacerlo más humano y creíble. Esta versión data de 1931. En este punto, sin embargo, hay que aclarar que es solo una leyenda urbana la creencia de que el color rojo y blanco de Santa Claus tenga su origen en los anuncios que la marca Coca-Cola empezó a hacer a partir de 1931, aunque sí es cierto que contribuyeron a la popularización de estos colores y del mito mismo. Hay muchas ilustraciones y descripciones casi fidedignas anteriores al anuncio, como la de Thomas Nast (1869) o St. Nicholas Magazine (1926), entre otras. Eso sin considerar además las antiguas representaciones religiosas del obispo San Nicolás de Mira o San Nicolás de Bari, en las que es común el color rojo y blanco de la vestimenta religiosa, si bien es cierto que desde mediados de 1800 hasta principios de 1900 no hubo una asignación concreta al color de Santa Claus, siendo el verde uno de los más usados. Por lo tanto, se considera que la campaña masiva de Coca-Cola fue una de las principales razones por las cuales Santa Claus terminó vestido de color rojo y blanco, pero estos publicistas no fueron los primeros en representarlo con estos colores.
Pero ¿cómo se relaciona con los regalos de Navidad? sencillamente porque en la antigüedad, en Roma, se celebraban fiestas a mediados de diciembre, en honor a Saturno (Cronos para los griegos), al final de las cuales los niños recibían obsequios de todos los mayores y la unión de todas las culturas, costumbres y leyendas hacen que hoy en día, nos visite Papa Noel cada año en estas fechas para dejarnos algún regalito, siempre y cuando hallamos sido buenos. 😉
¡Feliz Navidad!