En los trastornos de ansiedad, la amenaza percibida es irreal o exagerada, pero lo suficiente como para hacer que el sistema se active como si tuviera que protegernos de una terrible amenaza.
Palpitaciones, sudoración, aumento de presión sanguínea…son algunos de los síntomas físicos que aparecen cuando sufrimos algún episodio de ansiedad.
Solemos darle importancia a estos síntomas y no se tiene en cuenta el Pensamiento.
El Pensamiento juega un papel central en la aparición de la ansiedad.
En la mente se forman imágenes que te aterran. Suele pasar más a menudo cuando en tu entorno hay alguna enfermedad o muerte.
Lo que antes era un paseo agradable por el parque de tu barrio, al día siguiente puede convertirse en algo terrible y temeroso.
La mente nos miente, nos asusta, imaginamos situaciones tensas y dolorosas que nos podrían pasar condicionando nuestro bienestar personal.
Cuando os invada la mente con malos pensamientos o imágenes incómodas «Imaginad una puerta. Abridla y expulsar sin demora todo lo que os está provocando daño».
Yo soy una de esas tantas personas que han tenido algún episodio de ansiedad. Salir de mi » Zona de Confort» me aterraba, pero planté cara a mis temores. Me regalaron el mismo consejo que yo os acabo de dar. Os aseguro que funciona.
No olvidéis, que nosotros somos dueños de nuestros pensamientos. EN NOSOTROS ESTÁ SENTIRNOS BIEN O NO.
