El pasado sábado 13 de septiembre Fotoquinto de nuevo se echó el equipo al hombro y esta vez serían las Salinas de Isla Cristina el objeto de todas nuestras miradas. Que ni el calor sofocante nos detiene es ya un hecho más que demostrado porque salimos desde nuestro punto de encuentro a las cuatro de la tarde (perdonamos la siesta y sus beneficios) cuatro coches cargaditos de ilusión. En Isla nos esperaban un puñado de amigos más para hacer de nuevo un grupo numeroso y animado, como siempre, como ya es nuestra seña de identidad.
Durante la visita de las Salinas Marta, su guia, contó de donde procedía ese antiguo arte de la elaboración de la sal, de sus beneficios, de sus utilidades, de su ayer y su hoy y de cómo si alguien extraño a las mismas viniese a dirigirla tal vez no supiese entender ese cariño con la que artesanalmete elaboran tan preciado tesoro. Incluso llegó a ofrecer, tal vez sin ella saberlo, la trama para una novela de espías, guerras pasadas y bombas… Tal vez algún día Fotoquinto escriba su propia novela. Y también nos llevó al lugar donde tiempo atrás el abuelo Manuel le gustaba perderse y pescar, disfrutar de las salinas, de su soledad, de toda su belleza. Y allí, en el rincón del abuelo continuó contando mil historias, mil formas , mil artilugios.
Nuevamente
FOTOQUINTO disfrutó de lo que más le gusta : los AMIGOS y su compañía, de las CERVECITAS y de la FOTOGRAFIA entre amigos. De nuevo ese dulce sabor de boca, de nuevo ese deseo de más, de nuevo esas inmensas ganas de encontrarte con todos esos locos y jartibles de la fotografía, de nuevo contando los días hasta el próximo 27 de septiembre en el que nuestro amigo David Morón nos guiará por tierras onubenses haciendo que nuestras cámaras y nuestros corazones se llenen de esa inmensa luz de las tierras y los cielos choqueros.
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