Cada vez nos es mas difícil coordinar la vacaciones en familia debido a los trabajos, con la dificultad añadida de que los niños cuentan con casi tres meses de vacaciones, mientras que los padres tan solo cuentan con una media de 15 días cada uno y no siempre a la vez, por ello la demanda de actividades de verano para los peques durante las vacaciones ha provocado una oferta cada vez mayor de escuelas, campus y academias donde dejar a los niños mientras sus padres van a trabajar.
José Joaquín Nogueroles, psicólogo de la unidad de salud mental infantil y juvenil del Cabo de las Huertas, comentaba hace tres años, en una entrevista concedida al www.diarioinformacion.com, que en general las escuelas de verano son una buena opción: «Se relacionan con otros niños, practican deportes, mantienen unas normas y unas obligaciones y aprenden».
A su juicio, «hay críos que durante todo el año tienen un buen rendimiento y no está de mas el esparcimiento, pero si están todo el verano sin hacer nada pierden el hábito de estudio». En este sentido, Nogueroles cree que no está de más dedicar parte del tiempo de vacaciones al estudio «manteniendo unos hábitos de trabajo y esfuerzo, además del tiempo el ocio para que luego a la vuelta del colegio no tengan problemas de adaptación».
Considera, también, que habría que aprovechar este tiempo para enseñar a los niños a estudiar y de alguna manera mantener la rutina. «No pueden ser las mismas rutinas que en invierno pero sí que tiene que haberlas. Lo que no puede ser es que los chavales se levanten a las 2 de la tarde», añade.
Es por esto que el Colegio Poetas andaluces con la organización de Quintoeduca S.L.U, abren el plazo de matricula para la escuela de verano, el próximo 20 de mayo, hasta el 5 de junio, podéis reservar la plazas para vuestros pequeños, en el CEIP Poetas Andaluces, de lunes a viernes de 18:00 a 19:00, tanto para la escuela de verano «Poetas Andaluces» como para la escuela de verano «Torrequinto».
Con ello, seguro que los padres acudirán mas tranquilos al trabajo mientras los pequeños de la casa, se lo pasan de miedo y seguro que al llegar a casa duermen una placida siesta.