Las áreas de investigación del centro abarcan desde los aceites hasta el efecto de su consumo en la salud y cuenta con 22.000 m2 para laboratorios y un anexo de 3.600 m2 con varias plantas pilotos
La nueva sede del Instituto de la Grasa, de Sevilla, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), se ha inaugurado hoy miércoles 7 de junio en el campus de la Universidad Pablo de Olavide. Al acto han asistido al presidente del CSIC, Emilio Lora-Tamayo; el rector de la Universidad Pablo de Olavide, Vicente Guzmán Fluja; el alcalde de Dos Hermanas, Francisco Toscano; el consejero de Economía y Conocimiento de la Junta de Andalucía, Antonio Ramírez de Arellano; y el director del Instituto, Carlos Sanz. Tras un recorrido por las instalaciones, las autoridades han descubierto una placa conmemorativa del acto.
Con una superficie total de 22.000 m2, la nueva de sede del Instituto de la Grasa alberga los laboratorios de los diferentes grupos de investigación, antes repartidos en cinco centros diferentes, y un edificio de 3.600 m2 en el que se encuentran varias plantas piloto: una almazara experimental, una planta de extracción y refinación de aceites, una planta de elaboración de aceituna de mesa, una planta de proteínas y una planta de tratamiento de residuos agroalimentarios.
70 AÑOS DE HISTORIA
El Instituto de la Grasa inició su andadura en febrero de 1947. En sus inicios, la investigación se centró tanto en el sector de los aceites y grasas de uso alimentario como en los derivados de productos oleaginosos, especialmente la aceituna de mesa. Fiel a sus principios fundacionales, en la actualidad su misión es desarrollar investigación enfocada a caracterizar y obtener alimentos de calidad, saludables y seguros, así como implantar nuevas tecnologías respetuosas con el medio ambiente dentro del sector de los lípidos agroalimentarios.
El Instituto de la Grasa cuenta con cerca de 150 trabajadores, 55 de ellos investigadores que se reparten en 21 grupos de investigación. Estos grupos realizan estudios que van desde la caracterización de aceites y grasas alimentarias hasta el estudio del metabolismo de lípidos de plantas, también analizan los procesos biotecnológicos agroalimentarios y el efecto del consumo de aceites e ingredientes funcionales sobre la salud.
En el centro se desarrollan numerosos proyectos de investigación en el marco de programas públicos regionales, nacionales y europeos. Entre estos últimos, destaca la participación en el consorcio OLEUM, financiado por la Comisión Europea con cinco millones de euros, que trabaja para encontrar nuevos métodos de análisis para la caracterización y detección del fraude en el aceite de oliva.