El trabajo, llevado a cabo por investigadores de la Universidad Pablo de Olavide, Estación Biológica de Doñana, Universidad Autónoma de Madrid y la Wageningen University (Paises Bajos), ha sido publicado en la revista Frontiers in Ecology and the Environment
Un grupo internacional de investigadores pertenecientes a la Universidad Pablo de Olavide, Estación Biológica de Doñana, Universidad Autónoma de Madrid y la Wageningen University (Paises Bajos), han publicado recientemente un estudio en la prestigiosa revista Frontiers in Ecology and the Environment que advierte del riesgo de colapso de Doñana sin una gestión local más activa.
Estos investigadores explican que “proteger del cambio climático a los humedales más emblemáticos del mundo requiere que se reduzcan las otras amenazas que padecen, como los aportes de abonos y aguas residuales o la explotación intensiva de las aguas subterráneas y superficiales”.
El Parque Nacional de Doñana es uno de los pocos humedales del mundo que está inscrito en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO. Este equipo internacional de científicos avisa de que problemas locales, como el deterioro de la calidad de agua por los aportes excesivos de nutrientes o la explotación intensiva de los acuíferos, pueden exacerbar los efectos de eventos climáticos extremos, tales como sequías y olas de calor, reduciendo la capacidad de los ecosistemas acuáticos para soportar los impactos del cambio climático.
«Demostramos que la gestión de amenazas locales puede expandir el ‘espacio de operación segura’ para estos ecosistemas. Una gestión local inadecuada hace que un ecosistema acuático sea menos tolerante al cambio climático y se reduzca su capacidad de respuesta», afirman los autores, quienes también examinaron otros cinco humedales de la región Mediterránea inscritos en la lista del Convenio Ramsar de Humedales de Importancia Internacional que ya están muy afectados por la sobreexplotación de los recursos hídricos. Estos humedales, que incluyen las Tablas de Daimiel, sirven como ejemplos de lo que puede pasar a Doñana sin un cambio en la gestión de agua en su entorno. Doñana está sometida a una presión cada vez mayor, tanto debido al cambio climático como a las amenazas locales.
El profesor del Área de Geodinámica Externa de la Universidad Pablo de Olavide Miguel Rodríguez Rodríguez y coautor del mencionado artículo es, actualmente, investigador principal de un convenio entre la UPO y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir en el que se está realizando una monitorización de detalle y la modelización hidrológica en varias de las lagunas situadas en las dunas de Doñana. El objetivo principal de la investigación es obtener un mayor conocimiento de la relación aguas superficiales – aguas subterráneas en estos ecosistemas- para poder establecer medidas de gestión y conservación más apropiadas.
El sistema de lagunas temporales de Doñana es el más importante de Europa, con la formación de más de 3.000 lagunas durante los años húmedos. Pero la extracción de agua subterránea para la agricultura y para el turismo está detrayendo recursos hídricos del sistema y las lagunas tienden a secarse antes que hace 20 años. «Si estos ecosistemas acuáticos colapsan, podría significar la extinción irreversible de muchas especies. Urge que las administraciones y la sociedad reduzcan las amenazas locales que afectan a los humedales icónicos como Doñana”, afirman los autores, quienes añaden que «la UNESCO está preocupada por Doñana y considera que tiene un grado de amenaza Muy Alta por el deterioro en la cantidad y calidad de agua disponible».
El artículo pretende, sobre todo, concienciar acerca de las oportunidades para mejorar acciones de conservación efectivas a escala local. “Las opciones para la gestión local son claras y relativamente baratas. Se debe aprovechar esta oportunidad, sobre todo cuando se trata de ecosistemas de importancia vital para mantener la biodiversidad global” concluyen los científicos.