La Plataforma Pro-Comedor del Colegio Publico Europa de Montequinto, lleva tres años luchando por conseguir la construcción de un comedor en su centro educativo. Ahora lo que se comenzó como una lucha de un pequeño grupo de familias, se ha convertido en un proyecto basado en la participación social y el compromiso de toda la comunidad educativa. El proyecto ya cuenta con el respaldo del ayuntamiento de Dos Hermanas.
Ha sido Santiago Cirugeda, arquitecto sevillano fundador del estudio Recetas Urbanas y recientemente galardonado con el Internacional Fellows de la RIBA en Londres, el encargado del diseño, que fue presentado el pasado Jueves por la tarde en la sala de exposiciones «Lugaredo» en Sevilla. Donde, desde el pasado 8 de noviembre y hasta el 19 de diciembre, el arquitecto expone sus trabajos.
Cirugeda, junto con la arquitecta Alice Attout, atesora una dilatada experiencia basada en la conexión de la arquitectura con la gente, ofreciendo soluciones urbanísticas reales a problemas muy concretos. Con esta premisa, recetas urbanas ha conseguido diseñar una solución para el comedor del centro «que cumple con la normativa y reduciendo los constes a una tercera parte, algo que se logra con la premisa del trabajo en equipo«, aseguran las madres, que ya han comenzado a buscar familias dispuestas a formar parte de la obra «siempre bajo la participación activa de los expertos«.
Seria, ademas, según explica Santiago Cirugeda, la primera vez que se llevaría a cabo un programa de autoconstrucción de un equipamiento educativo en Andalucía. «Se trata de que los usuarios finales, amigos y voluntarios, ejecuten esas partidas de obra: Cerramientos, estructuras, carpintería, pintura, etc.«, relata el arquitecto, que insiste en que se lleva a cabo, «Dentro de un marco actual de cumplimiento de código técnico«.
Otra de las bases del proyecto de autoconstrucción, es la reutilización de materiales. Cirugeda explica que esta, además de una exigencia del proyecto, «Es uno de los objects europeos del horizonte 2020«, por lo que «Esta experiencia sera una buena practica que permitirá, junto a otras, hacer un libro blanco que en un futuro podría hacerse legislación»
La autoconstrucción, «Es algo poco habitual actualmente», sin embargo, el experto atesora 10 años de experiencias de auto construcción de diversos equipamientos públicos y privados, donde han intervenido personas con edades y capacidades muy diferentes. «Actualmente estamos con la construcción de una pérgola para una escuela de infantiles en Badalona, y dos aulas en la Escuela Superior de Diseño de Madrid», señala.
Ocho años de lucha
Así, la autoconstrucción se revela como una fórmula para conseguir el comedor que el colegio Europa de Montequinto lleva 8 años esperando. Donde todo este tiempo los alumnos han tenido que comer en la biblioteca, una sala que el colegio ofreció como una solución temporal mientras que se construía su comedor, y que obliga a que los niños coman en tres turnos, el último de ellos, cerca de las cuatro de la tarde.
Ante esta situación, hace tres años, un grupo de madres crearon una plataforma, vía Internet (Facebook: Plataforma Pro Comedor Colegio Europa) desde la que sumar apoyos y dar a conocer el proyecto. Afirman que siempre contaron con el apoyo de la dirección del centro, del AMPA y de toda la comunidad educativa. Sin embargo, «cuando las promesas se enfrentan con la crisis económica, los escritos, las reclamaciones o las citas en delegación, caen en saco roto. Y ante el coste convencional de un comedor, la temporalidad se perpetua sine die», explican las madres, que indican que «las puertas se volvieron a abrir al conocer a Santiago Cirugeda«.
Dentro de la comunidad educativa y local, estas madres han logrado algo importantísimo: crear conciencia común del problema y sobre todo, de la propia capacidad de la comunidad para ser parte de la solución, utilizando y gestionando sus propios recursos. «Este proyecto, cumpliendo con la normativa vigente respecto a comedores escolares, propone la realización de algunas partidas en el concepto de autoconstrucción. Es decir, plantea la participación de los usuarios finales en algunos procesos de construcción del comedor, siempre bajo el control y la participación activa del arquitecto, su equipo y otros técnicos profesionales«.
De este modo, la autoconstrucción se ha convertido para este centro educativo no solo en un medio para conseguir su comedor, sino que, según aseguran las promotoras del proyecto «es también una herramienta para enseñar mucho a los alumnos«. «Les estamos trasmitiendo a nuestros niños valores fundamentales como la fuerza del trabajo en equipo o la importancia de lo público. Valores imprescindibles para sentar los cimientos de la ciudadanía comprometida que queremos el día de mañana. Niños que serán ciudadanos adultos activos que se involucren en la toma de decisiones y en la búsqueda de soluciones. En definitiva, hombres y mujeres que habrán aprendido con la experiencia que todo es mas fácil trabajando juntos«