El punto seleccionado de la A-376, carretera que conecta Sevilla con Utrera, pertenece a un trazado urbano correspondiente a Montequinto, el tramo elegido para el extendido de la mezcla ha sido entre los puntos kilométricos 2,1 y 3,1. Debido a que la población afectada por el ruido no es la misma en la calzada derecha que en la izquierda, las capas que se emplearán serán diferentes en cada una de ellas
Fomento impulsa este proyecto, denominado ‘LIFE Soundless’, dotado con 1,44 millones.
La Consejería de Fomento y Vivienda probará en dos carreteras pertenecientes a la red autonómica de la provincia de Sevilla mezclas bituminosas realizadas con material reciclado, de altas prestaciones y durabilidad, que tienen como principal objetivo reducir la contaminación acústica generada por el tráfico. Esta iniciativa de investigación, denominada ‘LIFE Soundless’, está dotada con 1,44 millones de euros y la impulsa la Junta de Andalucía en colaboración con dos empresas especializadas del sector, la Fundación Cidaut y Eiffage Infraestructuras. De ese montante, la Comisión Europea contribuirá en un 60% de los recursos y los socios, con el 40% restante.
Este proyecto, que ha sido seleccionado por la Comisión Europea dentro del Programa LIFE (Programa de Medio Ambiente y Acción por el Clima), es el único de estas características elegido en el territorio nacional y pretende mediante unas pruebas pilotos experimentar una técnica novedosa que ofrezca ventajas medioambientales o climáticas en comparación con las mejores prácticas existentes actualmente, con el fin de poderla aplicar a mayor escala. El Life Soundless se desarrollará durante un periodo de tres años y medio, en el cual se realizará un seguimiento del comportamiento de los materiales usados.
La Consejería de Fomento y Vivienda, en colaboración con la iniciativa privada, ha comenzado ya la experimentación práctica del material y, después de realizarse los estudios previos, ha sacado a licitación por 183.858 euros los contratos para extender las mezclas estudiadas en dos tramos, uno de un kilómetro en la A-376, que une Sevilla y Utrera, y otro de 600 metros en la A-8058, que conecta Sevilla con Puebla del Río. Las obras sacadas a concurso tendrán una duración de cuatro meses y la previsión es poderlas iniciar a principios de 2017, una vez sean adjudicadas en febrero.
El punto seleccionado de la A-376, carretera que conecta Sevilla con Utrera, pertenece a un trazado urbano correspondiente a la población de Montequinto y cuenta con una velocidad de 70-80 kilómetros hora, así como una densidad media de tráfico muy elevada, de 80.000 vehículos al día. El tramo elegido para el extendido de la mezcla ha sido entre los puntos kilométricos 2,1 y 3,1. Debido a que la población afectada por el ruido no es la misma en la calzada derecha que en la izquierda, las capas que se emplearán serán diferentes en cada una de ellas. Así se extenderá en la calzada derecha 4 centímetros de mezcla bituminosa con un porcentaje de plástico reciclado de origen agrícola, mientras que en la calzada izquierda izquierda, además de plástico, también se empleará material de neumático reciclado. Por su parte, en la vía de servicio de la margen derecha, el material usado contendrá fibras de nylon recicladas.
En la A-8058, vía que conecta la capital hispalense con Puebla del Río, la zona de pruebas se sitúa entre los puntos kilométricos 3,35 y 3,87, a su paso por el complejo residencial de Marina Gelves. Se trata de un tramo inteurbano que conecta varias aglomeraciones urbanas, con una densidad media de tráfico de en torno a 30.000 vehículos al día y una velocidad media de 50 kilómetros por hora. En este caso, las mezclas asfálticas que se emplearán contendrán betún y caucho, que se extenderán en una longitud de 520 metros por calzada. En ambas calzadas se empleará la mezcla con diferentes porcentaje de betún y caucho.
Entre los dos tramos se utilizarán cinco mezclas diferentes con incorporación de diferentes materiales reciclados previamente diseñadas en laboratorio (plástico de origen agrícola, nylon y polvo neumático fuera de uso), extendiéndose también una mezcla de referencia para poder realizar una comparativa entre ellas.
Una vez se apliquen los materiales seleccionados, se llevará a cabo un control del comportamiento acústico de las mezclas mediante mediciones con el fin de evaluar la durabilidad de las soluciones probadas tanto desde un punto de vista mecánico como acústico, teniendo en cuenta el ruido y las molestias que genera. Con anterioridad a esta experimentación, la Consejería y las empresas colaboradoras han realizado una serie de actuaciones previas consistentes en la medición de los niveles de ruido existentes, el análisis de la información acústica disponible de las zonas objeto de estudio, el diseño de mezclas bituminosas reductoras del sonido con empleo de diferentes residuos y el estudio del comportamiento de dichas mezclas en probeta.