Debido a las elevadas temperaturas y a la ausencia de lluvias durante este invierno, la aparición de la procesionaria puede adelantarse y tener una «mayor incidencia», según han avisado expertos, quienes han aconsejado no acercarse a los pinares.
Aunque el pasado año se realizó un tratamiento contra la Oruga Procesionaria en el Parque de los Pinos, hay que tener en cuenta que también tenemos pinos plantados en casi todas las aceras de nuestro barrio. Por eso mismo aunque donde suelen estar es en los pinares también nos podemos topar con ellas en jardines privados y públicos e incluso en las aceras o en las zonas periféricas de Montequinto, donde solemos acudir con la familia para pasar un «día de campo».
Las orugas tardan en nacer unos 30-40 días. Inmediatamente después de la eclosión éstas empiezan a alimentarse en el mismo lugar donde emergen, desplazándose posteriormente a otras zonas en las que construyen nidos de seda de forma provisional, manteniendo durante los cinco estadios larvarios un comportamiento gregario.
En la fase larvaria las orugas se alimentan activamente, de forma que pueden llegar a comer por completo las acículas del pino en el que se ubica la colonia. Llegado este punto y, al igual que ocurre en estadios anteriores, las colonias descenderían al suelo para buscar otros pinos donde alimentarse. Cuando las condiciones ambientales son favorables las larvas maduras abandonan los pinos y se dirigen en procesión hacia el suelo para enterrarse y crisalidar, la hembra que encabeza la procesión busca las zonas más soleadas, claros y bordes, cuando se trata de zonas frías y templadas, dirigiéndose a lugares más sombreados en el caso de zonas cálidas. La temperatura óptima del emplazamiento del enterramiento es de unos 20 ºC, debido a las cálidas temperaturas de las que estamos disfrutando estas semanas, es por lo que estas orugas han adelantado su ciclo.
Si un niño las toca o se acerca demasiado y observamos que le empiezan a salir rojeces y ampollas localizadas, hay lavarle la zona inmediatamente y acércanos al ambulatorio lo antes posible para que lo examinen y le apliquen el tratamiento que el facultativo crea más oportuno dependiendo del grado en que se haya visto afectado. Pueden desarrollar desde unos eczemas, que aunque incómodos no tienen gravedad, hasta un estado de proceso alérgico con asma y fiebres altas, en cualquier caso, hacemos hincapié en que os dirigíais al Centro de Salud para que los especialistas os indiquen el tratamiento a seguir.
El riesgo no esta únicamente al tocarlas, simplemente con que el niño o el perro se acerquen demasiado a ellas lanzaran sus pelos urticantes que son como dardos envenenados (tiene cientos de miles) con el riesgo de que esos “pelitos” se introduzcan por cualquier parte del cuerpo (nariz, garganta, ojos….).
Si tu perro olisquea o lame a una de estas orugas debes llevarle inmediatamente al veterinario, sabremos que ha estado en contacto con ellas, porque estará tratando de rascarse la boca porque le dolerá. Los síntomas visibles son la inflamación de labios, boca e incluso de la cabeza, salivación extrema y gemidos de dolor. También se dan casos en los que el perro tan solo las pisa y observaremos como se queja de la pata y se intenta rascar, ademas de notar una considerable inflamación.
Lo más importante, en este caso, es ir rápidamente al veterinario para que puedan dar a tu perro un tratamiento con corticoides de acción rápida. Es importantisimo que en cuanto reconozcamos los síntomas reaccionemos con la mayor rapidez y no caigamos en eso de “voy a esperar a ver si mejora”, ya que el resultado puede ser desde la necrosis de parte de la lengua, lo que conlleva la amputación, hasta la muerte por asfixia si la infección avanza hasta a la laringe.
La procesionaria es un animal facilmente reconocible, por su apariencia (conocida por todos) y su conducta (caminan todas juntas, en fila). Esta oruga, con cabeza y piel de color negro y costados de color gris, cuenta en su dorso con unos pelos rojizos, llamados tricomas, llenos de una sustancia muy urticante que la protege de sus depredadores, quiénes con sólo tocarla u olfatearla pueden sufrir graves reacciones alérgicas.
Por este motivo, antes de dejar a los niños o a nuestras mascotas jugar libremente, debemos fijarnos bien en el suelo, haciendo especial hincapié en las bases de los arboles (especialmente si son pinos) y cerciorarnos de que no se encuentran cerca de nosotros, de toparse con ellas, lo mejor es buscar otro lugar más seguro donde pequeños y mascotas puedan disfrutar con más libertad.
Para la tranquilidad de todos, hemos de recalcar que este ciclo en que la procesionaria desciende al suelo para comenzar su crisálida, dura apenas un mes, por lo que alrededor de mediados de Marzo y primeros de Abril, ya podremos volver a la normalidad y a nuestros hábitos de ocio con la familia.