Existen en nuestro país muchos lugares cargados de poder, pero este en concreto del que os quiero hablar es realmente misterioso. Hace apenas una semana, el equipo de Zona Desconocida, Fátima Barragán, Patricia Barragán, Javier González, Antonio Olmedo y un servidor, Jesús Camacho, nos encaminábamos hasta la Sierra de Huelva, concretamente hasta el término municipal de Calañas, donde nos esperaba un tétrico y mágico pueblo abandonado: La Torerera.
Y es que la historia de este lugar solamente habla que este viejo pueblo minero cerró sus puertas quedando abandonado en el año 1970, dejando así tras de sí un buen número de muertes de aquellos mineros que trabajaban en este enclave.
Dentro de la redacción del programa sabíamos que nos íbamos a encontrar un lugar tenue, oscuro y frío. De hecho el camino que lleva hasta la antigua mina es realmente escalofriante. Imaginaros un camino estrecho, donde a un lado teníamos un barranco cuyo final era un embalse muy conocido en el lugar. Al otro lado todo era oscuridad y delante de nosotros, incluso con las largas puestas de nuestro vehículo no se llegaba a intuir gran cosa. Tras recorrer a una velocidad de 10 kilómetros por hora durante unos 3-4 kilómetros, logramos divisar por fin el lugar concreto donde queríamos pasar una noche investigando: Los antiguos vestuarios y comedor de “La Torerera”. Este inmueble concretamente es un sitio clave para nuestra investigación, un lugar único donde según algunos testigos, habían podido ver una figura… como una sombra negra en forma de persona que parece vagar por este lugar. Recuerdo perfectamente que cuando aparcamos el vehículo en el que viajábamos enfrente justo de este edificio, un escalofrío recorrió el cuerpo de cada uno de nosotros… Todos coincidimos en lo mismo: Este lugar tiene una negatividad enorme.
Poco después, y tras recibir instrucciones del trabajo que teníamos que realizar en este lugar, todos y cada uno de los componentes del equipo tomo posiciones en lugares estratégicos de la casa. Recorrimos cada estancia de este caserón y lo primero que comenzamos a escuchar eran unos contundentes golpes que parecía que estaban azotando una de las paredes del pasillo principal de este lugar. Este sólo iba a ser el principio de alguna que otra sorpresa que nos llevaríamos poco tiempo después.
Recuerdo perfectamente, y tras pasar algunos minutos, nos pusimos a trabajar en todo el campo de la TCM (Transcomunicación instrumental) lo que en el argot paranormal llamamos “psicofonías”. Este fue un momento clave, porque dejamos en diversas ocasiones la grabadora de sonidos en el interior del inmueble completamente en soledad, rodeada de sensores de movimiento como instrumental de seguridad para que nadie pudiera estar en el lugar, y aquella grabadora registró el sonido perfectamente de un pisar de pies y de algunos golpes… aquello era imposible de que estuviera pasando y sin embargo el sitio en sí parecía querer decirnos algo a pocos minutos de comenzar la investigación.
Otro de los hechos que nos llamó mucho la atención fue un encuentro que tuvimos en la habitación más activa del lugar Fátima Barragán, Antonio Olmedo y yo. Mientras estábamos grabando una ronda de preguntas en el lugar para ver si obteníamos alguna respuesta, de pronto esta se paró completamente sola en la palma de la mano de nuestro compañero Antonio. No solamente quedó ahí la cosa, sino que acto seguido tanto el sensor de movimiento como el sensor térmico de luz se activaron a la vez… En ese preciso momento le dije a los chicos: “Vamos a salir un rato para afuera porque la casa parece que nos está hablando”.
Una situación más vivida en la Torerera, pero no sería la última. Durante uno de los recorridos que hicimos por las estancias, nuestro compañero Javier pudo observar como una sombra, y según nos decía él: “Me ha dado la sensación de que algo nos tiene miedo y se esconde de nosotros”, puesto que observó como una sombra de hombre salía corriendo por una de las habitaciones y se perdía cuando llegaba a la altura de una de las ventanas. También Patricia Barragán, nuestra compañera, pudo escuchar el sonido nítido de como todavía estaban las minas funcionando… golpes con martillos… en este lugar no había absolutamente nadie.
La noche no dio para mucho más, pero hemos venido con la convicción de que este lugar está cargado de mucha carga energética. Lo cierto que después de todo esto, hemos prometido que vamos a volver, esta vez, para entrar en una de las minas que existen en este mágico y misterioso lugar.
Jesús Camacho y equipo Zona Desconocida
http://www.zdesconocida.blogspot.com.es
Investigación realizada el Viernes 13 de Septiembre en un lugar donde habita el misterio.