Al filo del mediodía el casi medio centenar de personas concentradas a las puertas del bloque donde reside Jessica Rodríguez Infante en la calle sierra de Gata se enteró por boca de un portavoz del 15M de Montequinto que el desalojo no iba a producirse durante la mañana de hoy.
Algo más de una hora antes, un representante del movimiento ciudadano se desplazó a los juzgados para interesarse por cómo iba el proceso. Allí, por pura casualidad, se encontró con la letrada que representa al Punto de Información de Vivienda y Encuentro (PIVE) de la asamblea del 15M del Polígono de San Pablo. Entre los dos hicieron las gestiones oportunas y se informaron en el juzgado encargado del caso de que, al no producirse hoy el desalojo voluntario por parte de la ocupante, había que volver a hacer un nuevo lanzamiento que se comunicaría en próximas fechas.
La llamada telefónica alrededor de las 12 horas confirmó que a Jessica le habían dado un pequeño respiro. La personas allí concentradas lo celebraron como si fuera una victoria y se conminaron a regresar cuando se produjera el próximo con más gente todavía para intentar paralizarlo. Los gritos de sí se puede no se hicieron esperar.
Desde primeras horas de la mañana, varias decenas de personas se concentraron en el portal del bloque 6 de la calle Sierra de Gata. Casi todas lucían un peto fosforescente amarillo con el anagrama del 15M y portaban bocinas, pitos y un pequeño megáfono. Durante el tiempo que estuvieron allí corearon gritos como “el próximo desahucio será en palacio”, “yo quiero un pisito como el del principito”, “un desahucio otra ocupación” y el consabido “sí se puede”.
La policía hizo acto de presencia a la hora de comenzar la concentración. Eran dos furgones de la policía nacional que jugaron al gato y al ratón con los concentrados durante dos horas. Lo mismo aparecían, aparcaban en la calle y se apeaban los agentes para mirar cómo se desarrollaba la protesta, que desaparecía entre las calles adyacentes para volver a aparecer después. Así hasta que, poco antes de que se supiera la buena nueva, se fueron para no volver.
Algunos de los integrantes del 15M estuvieron arriba, en la segunda planta del bloque 6, acompañando a Jessica. También fue importante la presencia de vecinos y vecinas del barrio de Santa Genoveva que se acercaron al lugar para apoyar. Al final, Jessica tuvo que bajar para agradecer a todos tanta solidaridad. Lo hizo a besos y esbozando una gran sonrisa de felicidad. Ahora tendrá que aprovechar este lapsus de tiempo para mover su caso ante las administraciones en busca de una pronta solución. Pero de momento, respira.
Fuente y Fotografias: Gregorio Verdugo, Sevilla Report
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