Ayer Jueves decidimos probar el nuevo restaurante Italiano que han abierto recientemente en Montequinto, en la calle San José de Calasanz detrás de la gasolinera RM, su nombre es Ristorantino, y la verdad es que me sorprendió gratamente el lugar, os aseguro que volveré mas de una vez.
El local es pequeñito, con pocas mesa, se podría decir que muy intimo, decorado con mucho gusto, nosotros elegimos comer en la terraza, al ser un sitio de poco paso es muy cómodo y agradable disfrutar de una magnifica comida al sol de mediodía.
El trato es exquisito, y cuando digo exquisito no quiero solo buscar una palabra que suene bien, sino que es la palabra que mejor puede definir a la atención que recibes, al camarero perfectamente uniformado se le nota años de experiencia al servicio del comensal, te ofrece un trato cercano pero sin olvidar la inmejorable atención que ofrecen restaurantes de categoría superior, me sentí como en casa pero a la vez como un rey al ser servido, tengo que reconocer, y con esto no quiero desmerecer el trabajo de nadie, que al día de hoy hay pocos profesionales de esta magnitud en restaurantes que no tengas que dejar el coche, media casa y la paga de Diciembre como pago cuando terminas. Sólo por esto ya merece la pena visitar el lugar, para una cena en pareja o si quieres quedar bien con los suegros, no podrás elegir un sitio mejor.
Pero bueno, un buen restaurante no solo tiene que ofrecer un lugar bonito y un buen trato, sino que lo mas importante es la comida claro está, pues aquí la verdad me quedo sin palabras, y mira que eso es difícil para mi ;). Fuimos tres personas a comer, mi hermano que nos quiso invitar con motivo de su cumpleaños, mi mujer y yo. Pedimos dos platos al centro para acompañar y un plato individual cada uno.
Nada mas llegar nos pusieron un cesta con pan caliente junto con la bebida, ya este detalle nos dio una pista de lo que nos esperaba. Para beber empezamos con cerveza, pero nos recomendaron un vino Lambrusco rojo que era un auténtico peligro, cayeron dos botellas durante la comida con eso lo digo todo. Y eso que de los tres solo dos tomamos vino ya que el tercero continuó con cerveza. Es decir que nos bebimos una botella por persona, y eso que yo no soy muy de vinos la verdad pero este en concreto entraba que daba gusto…
Comenzamos con una cazuela de queso ahumado al horno con focaccia, nos faltó rebañar la cazuela. Luego llegaron unas estupendos crepes rellenos de bacon, champiñones y queso. Para mi este plato puede convertirse en el plato estrella del lugar, nunca había comido un crepe así, impresionante!! No dejéis de probarlo cuando vayáis!
Aquí tengo que hacer un inciso para hablar del tamaño de los platos, en las imágenes no se aprecia bien pero me atrevería a decir que son exageradamente abundantes, ya con estos entremeses y el pan calentito casi comimos los tres, y todavía quedaba los platos principales!! Si váis dos personas con un plato cada uno para compartir tendréis mas que suficiente, tres platos a lo sumo si acabas de llegar de una isla desierta y llevas seis meses sin comer. Acostumbrados como estamos a que el tamaño de los platos son cada vez mas pequeños en los buenos restaurantes, es sorprendente y agradable que un buen plato que te gusta ademas te sacie hasta el extremo de no poder terminarlo, el nivel de satisfacción es máximo.
También resaltar que cada plato se hace al momento, nada de preparados ni recalentados, todo recién hecho. Este es el mayor encanto de este lugar, que la capacidad limitada que tiene hace que toda la comida pueda hacerse en el momento y el cocinero Felipe es un auténtico maestro de la cocina.
Y llegaron los platos principales, pedimos unos macarrones gratinados, un ossobuco y una pizza campagnola, todo en la misma línea de lo anterior, delicioso. Una lástima que excepto la pizza que casi nos la comimos entera, del resto nos sobró mas de la mitad, y os aseguro que sobrepasamos el límite de la gula con creces, vamos que no cené por la noche. Los macarrones son del tamaño de un dedo gordo de una mano, riquísmos y en su punto. El ossobuco, que no es fácil de cocinar, se desacía en la boca, acompañado por un lecho de pasta que estaba igual de buena que los macarrones. Y la pizza…..sin comentarios.
Pero no nos podíamos ir sin probar algún postre así que pedimos una tarta de queso y unos profiteroles, ya no me quedan mas adjetivos para definirlos sin repetirme, así que diré simplemente que a pesar de haber dejado la mitad de la comida de los postres no quedó ni las flores para decorar.
Y por último la dolorosa, la cuenta salió por unos 25 euros por personas, teniendo en cuenta lo exagerados que fuimos pidiendo comida, las dos botellas de lambrusco que cayeron y los postres, no nos dolió lo mas mínimo pagar la cuenta, ademas de que yo fuí invitado por mi hermano también hay que decirlo. Pero en condiciones normales una buena cena por unos 30 euros es lo mas normal viendo los precios de la carta, y merece la pena.
Pues os dejamos unas fotografías para que se os haga la boca agua de todo lo que comimos y os animo sin temor a equivocarme a que os paséis por este rinconcito que seguro se convertirá en todo un referente de la cocina Quinteña en los próximos años
Hola,soy Lola,hace unos dias invitamos a comer a mis padres en el nuevo ristorantino,fue todo un exito.Estoy completamente de acuerdo con todos los elogios de Jose.
Mucha suerte a esta nueva empresa
Este nuevo restaurante es espectacular, doy fe de que se come de muerte y a unos precios muy buenos.